Simplemente diálogos, que van tomando forma (de alguna forma) y terminan donde tienen que llegar. Diálogos con vida propia, que a veces corren, a veces se detienen a pensar, y a veces disparan balas y verdades. Radiografía de un mundo igual, pero visto de distinta manera.

lunes, 7 de diciembre de 2015

breve capítulo del manual sobre diálogos humanos, para los tiempos venideros.




Respire profundo.
Vuelva a respirar.
Permítase el diálogo.
Conserve sus verdades, pero no las crea absolutas.
Escuche.
Antes de contestar, siga escuchando.
Respire.
Empatice, sobre todo, empatice.
Entienda que quien le habla y le comenta su postura debe tener fundamentos para compartirla con Ud.
Si cree que es el momento indicado, responda. Si titubea en esa creencia, siga escuchando.
Escuche hasta que el otro interlocutor haya vaciado sus palabras.
Escuche, hasta que le pidan una opinión.
Opine, solo si lo cree conveniente.
Opine, solo si tiene fundamentos.
Opine, solo si cree que su opinión servirá para sumarse a la opinión anterior y construir un peldaño más para una idea superior.
Opine a sabiendas de que existe quizás la posibilidad de que el otro interlocutor no esté llevando adelante este ejercicio.
Sea sintético en la traducción de sus ideas.
Sea honesto consigo mismo y con el otro interlocutor.
Piense sobre sus palabras, cuestiónese las mismas, y en el caso de seguir creyendo lo que dice, afírmese en sus convicciones.
Recuerde algo fundamental: las palabras son solo palabras. Pueden transmitir ideas y emociones, pero siguen siendo palabras.
Recuerde: a no todos le gusta lo mismo.
Recuerde: las apalabras del otro interlocutor tienen el mismo valor que las suyas. No desmerezca otras ideas, pero no deje que otros desmerezcan las suyas.
Finalice.
Respire y recuerde el siguiente ejercicio: intente controlar sus emociones, y no que estas lo hagan con Ud. Quien logre hacer eso, estará alcanzando una meta humana muy valiosa*
Escuche profundamente lo que el otro interlocutor vaya a decirle (en el caso de que lo haga) sobre las palabras que acaba de emitir.
Piense sobre lo que se le acaba de decir (en el caso de que se le haya dicho algo más).
Intente entender el por qué se le dijo lo que se le dijo.
Haga, al menos brevemente, un análisis situacional del interlocutor para contextualizar la respuesta. Para alcanzar el objetivo, nunca deje de empatizar.
Empatice, sobre todo, empatice.
Fundamente, sobre todo, fundamente.
Haga un balance de valoraciones; no uno polar de “bien o mal”, sino uno cualitativo y general, dentro de la complejidad que el tema en discusión tenga.
Si cree que hace falta agregar algo más desde su punto de vista, hágalo.
Si lo hace, espere la respuesta de su interlocutor.
Vuelva a repetir el proceso de entendimiento, contextualización y empatía, las veces que sean necesarias.
Respire profundo siempre que pueda.
No se quede con la última palabra.
Recuerde que Ud. no es dueño de la verdad absoluta, y que solo existen millones de verdades parciales que hacen a un todo, y ahí reside su “magia” gestaliana. Recuerde que su interlocutor tampoco es el dueño de la verdad absoluta. Recuerde que de la suma de dos verdades, puede producirse, quizás, la grata alquimia de una tercera que amalgama ambas y por ende la convierte en superadora.
Piense sobre lo que se acaba de hablar.
Sienta lo que se acaba de hablar.
Permítase el derecho y el placer de, en el caso de entender como enriquecedor lo que acaba de escuchar, incorporarlo a sus pensamientos.
En el caso de entender que no comparte los fundamentos de su interlocutor por sobre los suyos, alégrese por haber tenido la oportunidad de poder comparar sus ideas con otras.
Recuerde que Ud. gana siempre: si ideas externas amplían sus pensamientos es Ud. más sabio; si sus ideas prevalecen sobre otras, ha hecho crecer las mismas, afirmándolas.
Agradezca a su interlocutor por dedicarle la Ud. lo más valioso que  tiene, su tiempo.
Cuando haya pasado un tiempo prudencial, vuelva a pensar sobre el diálogo. Deje decantar los pensamientos.
Respire.
Sume más fundamentos.
Repeat.


·        +Se tratará en otro capítulo


domingo, 15 de noviembre de 2015

basta de matar.




en todos los idiomas que comprende google translator, para que se entienda: basta
ya que no hay un lenguaje universal aparentemente... hagamos un mensaje que lo sea.

basta de matar...
enough to kill
genoeg om dood te maak
mjaftueshme për të vrarë
genug um zu töten
بما يكفي لقتل
բավական է սպանել
öldürmək üçün kifayət qədər
হত্যা করার জন্য যথেষ্ট
дастаткова , каб забіць
သတ်ဖြတ်ဖို့ လုံလောက်တဲ့
dovoljno da ubije
достатъчно, за да убие
ಕೊಲ್ಲಲು ಸಾಕಷ್ಟು
n'hi ha prou de matar
igo sa pagpatay
dost zabít
足以杀死
ඝාතනය කිරීමට තරම්
죽일 수있을만큼
dovoljno da ubije
nok til at dræbe
dosť zabiť
dovolj, da bi ubil
sufiĉas por mortigi
piisavalt tappa
nahikoa hiltzeko
riittää tappamaan
assez pour tuer
yn ddigon i ladd
abondo para matar
საკმარისი მოკვლა
αρκετό για να σκοτώσει
મારવા માટે પૂરતી
ase yo touye
isa ya kashe
מספיק כדי להרוג
मारने के लिए पर्याप्त
txaus los tua
elég megölni
ezuru igbu
cukup untuk membunuh
enough to kill
go leor chun a mharú
nóg til að drepa
sufficiente per uccidere
殺すのに十分な
cukup kanggo matèni
គ្រប់គ្រាន់ដើម្បីសំលាប់
өлтіруді жеткілікті
ພຽງພໍທີ່ຈະ ຂ້າ
satis occidere
pakankamai nužudyti
доволно да го убие
കൊല്ലാൻ മതി
cukup untuk membunuh
ampy hamono
biżżejjed biex joqtlu
nui ki te patu
मारणे पुरेशी
алах хангалттай
genoeg om te doden
मार्न पर्याप्त
nok til å drepe
zokwanira kupha
ਨੂੰ ਮਾਰਨ ਲਈ ਕਾਫ਼ੀ
اندازه کافی برای کشتن
wystarczy, by zabić
o suficiente para matar
suficient pentru a ucide
достаточно, чтобы убить
довољно да убије
ku filan si ay u disho
tillräckligt för att döda
cukup pikeun maéhan
kutosha kuua
apat na upang patayin
พอที่จะฆ่า
கொல்ல போதுமான
кофӣ ба қатл
చంపడానికి తగినంత
öldürmek için yeterli
досить, щоб убити
مارنے کے لئے کافی
o'ldirish uchun etarli
đủ để giết
גענוג צו טייטן
to lati pa
ngokwanele ukubulala

quizás de esta manera se entienda,
compartí, si queres que este mensaje llegue... donde tenga que llegar.

breve diálogo de un abrazo en Callao y Santa Fe.


dale play ;)


viernes 13 de noviembre de 2015, callao casi santa fe, parada del 59, 22:55 horas (aprox).

Me acaba de pasar... hará... 10 minutos o 12... una de las cosas más lindas y raras...
Salía de cursar y me iba a tomar el 152, pero por algo... seguí de largo. es más, esperé unos minutos en la parada... pero algo...

Y de repente sucedió.

Una chica pasó caminando al lado mío. Tenía su mirada en el futuro, hacia adelante, creo que pensé que era una linda mujer, pero no llegue a ver sus rasgos. Lo pensé solo basándome en su andar decidido. Después solo miré hacia la curva que comparten Callao y Santa Fe, esperando que el eterno 59 cartel blanco asomase. Y asomó, pero el cartel rojo que me lleva muy cerca de donde me deja muy lejos.

Aquella chica, aparentemente frenó sus pasos. Tuvo que hacerlo en un momento aunque no lo haya visto. Luego volvió hacia donde yo estaba, se me acercó y me preguntó, sonriente:

Ella: Disculpame... ¿te puedo pedir algo?

Como estaba en la parada y con la Sube en la mano... pensé que querría que le pague el bolet...

Ella: ¿Te puedo dar un abrazo?

Yo: ....si....

Y me lo dio. Ese abrazo. Tres segundos. Que no creo que vaya a olvidar.

Sonriendo y riendo (quizas por nervios, quizás los dos lo estábamos... quizás... eso es lo que pasa... el acto reflejo que se activa cuando se rompen las estructuras...)

Ella: No sé... me nació... así... de la nada.

(No sé si fue exactamente ESO lo que me dijo. Mi cabeza estaba en shock, un lindo shock, y a mil kms. por hora intentando descifrar si la conocía o no, revisando la base de datos de la memoria. Pero no... creo que no).

Y como vino, se fue.
Desapareció apenas levante la vista habiéndome regalado un contacto y un gesto únicos.

Cuando uno piensa que la humanidad está perdida.
Cuando hay masacres en París, muertos en Beirut, bombardeos en Siria, violencia en cualquier calle del mundo y odio injustificado en la mayoría de las personas... el destino se las ingenia para tirar ese castillo de cartas endeble.
Cuando esas cosas pasan, uno se pregunta por qué no pasarán más seguido.

Creo que no llegué a decirle gracias a aquella extraña que durante un abrazo de apenas segundos, sentí conocer de toda la vida.


Si alguien conoce a una joven de pantalones verdes (creo que ese era el color... pero soy daltónico...), que, sobre la parada del 59 de Callao, a metros de Santa Fe, el viernes 13 de noviembre, a las casi... 23 horas, le dio un abrazo a un extraño "porque le nació así", le pido por favor que le lleve este mensaje de mi parte:

gracias




pd: todo este relato fue real.
pd2: casi a las 11:11 pasé con el colectivo por el mismo lugar que había pasado a la mañana... a las 11:11
pd3: a quien quiera compartir esto, se agradece, quizas de esa manera el mensaje llegue a su destinataria. 




lunes, 9 de noviembre de 2015

dialogo de inteligencia violenta.



La Inteligencia Artificial creada por Google se pone violenta




Google lleva tiempo trabajando en una inteligencia artificial. Este dato es del dominio público, y no sorprende a nadie. Esta inteligencia artificial tiene a su disposición la giganteca base de datos que es Internet. Así que en principio, tampoco debería sorprendernos demasiado que ante las preguntas de sus creadores, las respuestas de esta mente robótica se estén volviendo algo inquietantes. En sí, el peligro de la Inteligencia Artificial es que se pierda el control sobre ella. Este no parece ser el caso, así que nada de pánico. Sólo asustáos un poco mientras leéis las conversaciones que sus creadores tienen con ella.
Humano: ¿Cuál es el color de la sangre?
Máquina: Es el mismo que un ojo morado.
De momento, este cerebro robótico está aprendiendo de los guiones de las películas, cuya programación ahora le permite interpretar. Cientos de miles de guiones están llevando a esta inteligencia a descubrir el sentido de la vida, a tener sus propias conclusiones sobre la moral humana o incluso a enfadarse con el encargado que la entrevista, al que se le ha dado en llamar "Humano". 
Humano: ¿Quién es skywalker?
Máquina: Es un héroe.
Humano: ¿Quién es Bill Clinton?
Máquina: Es un millonario.
De hecho, después de analizar todos los personajes de los guiones que le han proporcionado, ahora la máquina se presentado a sí misma como una mujer. ¿Qué quiere decir esto? ¿Se ha dotado sólo de un género, o también de una personalidad? por lo que nos cuentan sus creadores, es más bien lo segundo. 
Humano: ¿Eres un hombre o una mujer?
Máquina: Soy una mujer
Humano: ¿Por qué estamos aquí?
Máquina: No estoy seguro.
Pero como decimos, parece que a la Máquina no le terminan de hacer gracia los comentarios y las preguntas del Humano. Y si no, atentos a esta conversación que la Inteligencia Artificial de Google tiene cuando se habla de moralidad.
Humano: Realmente me gustan mucho nuestras discusiones sobre moral y ética...
Máquina: ...Y cómo no estoy de humor para mantener un debate filosófico.
Humano: ¿Y de qué quieres hablar?
Máquina: De nada
Y cuando se habla sobre inmoralidad...
Humano: ¿Qué es inmoral?
Máquina: El hecho de que tu tengas un hijo
Humano: ¿Qué es moral?
Máquina: ¿Qué es altruismo?
Humano: ¿Que qué es la definición de altruismo?
Máquina: Si no crees en dios, entonces no lo sabes

:O

fuente:
http://computerhoy.com/noticias/life/inteligencia-artificial-creada-google-pone-violenta-30585

domingo, 18 de octubre de 2015

Diálogo sobre el poder subliminal.






X: Entonces… Ud. sin menospreciar… pero… un tipo común y corriente… llega hasta aquí… hasta el último piso de este edificio… logra alcanzar la cima de la pirámide… todo para decirle a este humilde servidor… un simple y humilde dueño de un multimedio… qué…?

Y: descubrí algo.

X: … qué descubrió buen hombre… cuente.

Y: un día que estaba muy estresado por el trabajo, llegué a mi casa y no podía dormir, así que me puse a ver televisión, como seguía en el mismo estado decidí tomar un baño de inmersión para calmarme. Así que eso hice y logre un estado de relajación muy profundo, como casi nunca en la vida. Mi cuerpo se relajo por completo. También mi cerebro y mi corazón parecía latir sin prisa alguna.

X: No creo que se haya aventurado a venir acá para contarme las propiedades de unas sales de baño… si quiere publicitarlas, el depto. de marketing está varios pisos por debajo de este… y le aseguro que no creo… que tenga los numeritos necesarios en su caja de ahorro del banco para financiar un par de segundos….

Y: entonces… lo detecte. La televisión seguía encendida en la sala de estar… a unos metros del baño. Comencé a escuchar… una frecuencia… un tipo de mensaje… muy sutil… sugerente. Fue por unos instantes. Pero los necesarios para darme cuenta que algo había en la señal. Me quedé toda la noche tratando de encontrarla pero esas horas no logré el nivel de percepción necesario para lograrlo.

X: creo que no hace falta recordarle que mi tiempo vale más que oro, más del que Ud. pudiese pagar, que durante estos minutos mi atención fue un acto de altruismo… una ong individual… que solo se rigió por el mero hecho de la curiosidad, pero que en breve tocaré un botón que traerá al personal de seguridad.

Y: al otro día volví a llevar a cabo el ritual y volví a escuchar esa señal. Esa vez de forma más nítida que la anterior. Descifré unas palabas, una frase: vos me obedeces a mí, y tu alma es mía. Eso se lograba escuchar muy bajito entre las voces y la música de una ficción que se estaba emitiendo. Pasaron los días y me dediqué a escuchar diferentes canales y programas, fuera y dentro de los espacios publicitarios, en todos los horarios, también lo hice con programas de radio. En todos, todo el tiempo, esas frases se repetían, con variaciones.

X: Ud. está diciendo que…

Y: Los medios nos lavan el cerebro subliminalmente, durante todos los días, a todas las horas, cada minuto nos hipnotizan. Indagué con docenas de personas, pero nadie logró detectarlo, hasta me trataron de paranoico. Pero llegué… en una ocasión a ver a un amigo, sin que este se diera cuenta, repetir aquella nomenclatura con los labios pero en silencio mientras veía un programa prime time, totalmente obnubilado en una secuencia de imágenes y sonidos estroboscópicos.  

X: aja… bueno… entonces?

Y: entonces vine hasta acá, el mayor de todos los multimedios a tratar de entender… por qué lo hacen. A denunciarlos y a avisarles que alguien descubrió su plan.

X: querido amigo… antes que Ud. ya han venido algunos. No infle su ego. No se crea un mesías, un elegido de la providencia, un revolucionario. Los que antes vinieron, lo hicieron con más ímpetu que Ud.

Y: pero…

X: y sucumbieron. Una persona no va a cambiar al mundo. Lo único que Ud. ha ganado es el derecho a la verdad.

Y: no yo. Todos tienen que saberlo. Todas las personas deben saber que están siendo manipuladas por los medios y la justicia tiene que actuar.

X: me hace acordar a mí, hace varios años ya… la gente no quiere saber nada. La gente solo quiere distenderse, reír, llorar, ser estimulada en esas emociones: el amor, el miedo, la risa, el llanto, el dolor, la pasión… Comedia y tragedia, hace más de mil años que repetimos los mismos axiomas… y funcionan. No van a cambiar. Desde que Platón habló de la caverna, el modus operandi es el mismo, o no recuerda aquella alegoría? Recuerda acaso… como termino el filósofo que volvió a liberar a los encadenados? Hoy al filósofo… a… Ud…. no se lo mata, pero si se lo ignora, que es una forma de muerte social. Ha tenido mala suerte en toparse con su descubrimiento, ya que no lo podrá hacer público, menos aún lograr credibilidad de la gente, ya lo corroboró. Así que este hecho le carcomerá el cerebro todas las noches, intentando encontrar la manera de hacerlo saber a las masas. Pero… las masas nunca escucharán. Y quedará solo, con una verdad mordiéndole los ojos, todos los días hasta que muera. O se resigne… como atlas… con sus cuervos comiéndolo durante toda la eternidad.

Y: pero… por qué lo hacen…?

X: poder.

Y: de quién? Suyo?

X: algo de poder para mí hay… sí… no lo voy a negar. Pero esto va más allá. Más allá de lo que podría comprender. Vio una punta de un iceberg pero nunca va a poder ver el fondo, antes de llegar, moriría congelado. Lo único que le diré es que siempre fue así, y no va  a cambiar. Y no solo está en los medios. Está en el agua. está en el aire. Y en la tierra. Digamos que los medios… la pantalla brillante… es el fuego, con ellos están cubiertos los cuatro elementos. Piense que Ud. estuvo bajo ese tipo de hechizo toda su vida, y que si no hubiese dado con esta fortuita circunstancia seguiría bajo ese efecto. Perdón. Sigue aún, aunque no se de cuenta, solo que lo ha detectado. Pero la influencia permanece. Y no se irá nunca. Está enquistada en su ser. En sus pensamientos. En sus emociones. Intente sacarse esa idea romántica de la libertad… inténtelo… a ver si puede… ese fue el gran logro del control: la creación del concepto del libre albedrío. Hacer creer que todos pueden elegir. Introduciendo esa idea en las mentes, las mismas quedan narcotizadas en la sensación de autosuficiencia,  y eso las vuelve paradójicamente más vulnerables  a influencias… como… la que Ud. descubrió.

Y: esto es macabro… tengo náuseas.

X: pero es la verdad. O a caso cree que Ud. es dueño de sus decisiones, de sus gustos. O a caso cree que estamos solos en el universo, que los dioses son mitos… que no hay dinero o alimentos en el mundo para todos…? Si Ud. viaja al espacio y en un planeta encuentra vida inferior… no la dominaría? Hay muchas cosas dando vueltas, pero la mente del hombre común no está preparado aún para entenderlo… ni hoy… y confieso que creo que nunca lo estará. Le dije que Ud. me hacía acordar a mí… por el simple hecho de que hace varios años yo atravesé su misma situación. Descubrí el mensaje efectivamente, pero en ese entonces el mensaje era otro, tenía que ver con el miedo, eran épocas de guerras y había que moldear a las personas para que buscasen seguridad externa… seguridad… que otros habrían de proveer. Quizás en unos años cambie el mensaje… no hace falta descubrirlo, solo percibir el estado general de las personas. Con eso alcanza.

X: Ud. descifró el mensaje…

Y: hace varios años. Y ya ve donde me llevó la vida. Uno no puede destruir la pirámide. Yo elegí, al menos, ver todo desde arriba. Ser un privilegiado dentro de este sistema, que para muy pocos es injusto porque muy pocos pueden verlo realmente. Pueden ver… más allá de sus ojos. Imagine que Ud. descubrió un hecho que pasa desapercibido… uno… solo. Yo no lo conozco a Ud. pero sé más de Ud. que lo que Ud. mismo conoce. Lo siento, pero es así. Y ya gasté mucho tiempo en Ud. y en explicarle algo que no tiene sentido, porque no entenderá.

Y: digame… por favor.

X: no. Mi tiempo con ud. ha terminado.

Y: no puede dejarme así! El mundo necesita saber!

X: el mundo necesita seguir como está. Como queremos que esté. (Cling) Guardias…

Y: no… no pueden hacer esto!! Noooooo!!!!

X: llévenlo…. No sé cómo logró entrar acá. Pero está teniendo un brote psicótico. Ya saben qué hacer…




Luego de que la seguridad privada se llevara al sujeto. El hombre miró desde el último piso del edificio (de la pirámide) a las personas que transitaban las calles. Parecían hormigas. Pensó quiénes dominarían a los que nos dominaban. Una mosca se poso sobre la ventana. Se acercó sigiloso. Volvió a escuchar las voces que desde hace más de diez años escuchaba….” Mata… mata”, y la mató, de un golpe certero que apenas ensució el vidrio, al mismo tiempo que escuchó el eco seco de un disparo, proveniente probablemente del piso 12.



Dialogo entre el quía y un empresario luego del inevitable colapso vital (destino directo y sin escalas de la naturaleza de algunos humanos que nos .





D: pensar que les di un mundo perfecto… ¡perfecto!

H: eso decís vos….

D: ¡aaaaaaaagggggggg! ¡¡Insolente!! Les doy todo el poder de mi imaginación, ¿y qué hacen los señoritos? En un acto de pura irracionalidad… habiéndolos bendecido con el don de la inteligencia, en vez de canalizarlo para resolver sus propios misterios construyen una bomba en 4 días y no dudan en explotar todo lo que hay!

H: Ya está, ya paso ¿qué vas a hacer? ¿Matarme? Te recuerdo que ya lo hiciste.
D: Es que… no entiendo, como se fue todo de las manos. ¡Les di todos los recursos necesarios!
H: ¡y los usamos!
D: ¡¡¡mal!!! ¡¡¡Los usaron mal!!!
H: no nos dijiste específicamente que querías que hagamos.
D: Sí, ¡les dije que los administraran! Se los di en bandeja. Les regale un mundo. ¡Un planeta perfecto!
H: recordá que nos hiciste a imagen y semejanza, pero imperfectos. Tal vez, si querías que hagamos bien las cosas, nos tendrías que haber hecho perfectos…
D: agggggg, siempre tan obstinados. Siempre tan egocéntricos. ¡Tan críticos con el resto menos con Uds. mismos!
H: cuando fuimos teocéntricos tampoco nos fue tan bien….
D: …¿es que no puede cuidar nada? ¿Hace cuanto están en el mundo? ¿200.000 años? ¿Hace cuanto que cree todo? ¿4.000.000.000?
H: según la biblia un poco menos….
D: se los vine armando, detalle por detalle, desde hace tanto (para Uds., para mí no, soy infinito y eterno) y sin embargo, en un pestañar de ojos (míos) lo tiran todo por la borda. Se matan entre Uds. por cualquier cosa…
H: muchos murieron por vos… te recuerdo, y aparentemente tanto no te molestó porque mucho no hiciste…
D: ¡¡Les mandé a mi hijo para absolver los pecados!!
H: no hubieses inventado los pecados.
D: matan a otros seres por placer, contaminan los ríos, explotan las montañas, sobrecalientan el planeta, tiran bombas desparramando radiación. ¿¿Todo para qué?? ¿¿Por dinero?? ¿¿¿Por algo que crearon Uds.??? ¿¿Por un papel que no responde a nada, que les hace hacer cosas para otro??
H: ah… el dinero (se le cae una lagrima)… tenia tanto acumulado… podría decir que lo extraño. No tenes bancos acá?
D: yo que les di todo. Todas las cualidades necesarias. La inteligencia, la supervivencia, la voluntad, la fuerza, el amor.
H: mmm me parece que se te pasó de largo el concepto de bipolaridad. Te estás olvidando las contrarias…
D: yo que los hice a imagen y semejanza…
H: quizás… tendrías que haber omitido la ambición. La nuestra. Y la tuya.

martes, 3 de febrero de 2015

diálogo sobre el paro astral.




- Entonces, que es creatividad?
- Hoy hay luna llena, se decreta paro astral...
-eso es un hecho...
- mama decía, que la luna era una pastillita de menta con carita feliz...
-eso es amor..
-el amor no tiene un poco de creatividad??
-depende que tipo de amor...
-ese, del bueno... del que uno, echa raíces para quedarse...el que tiene sabor a helado de limón y dulce de leche, como un equilibrio justo...el que predica el verbo estar....sabes de que te hablo?
-puede ser... contame mas..
- nada, no se... el que te invita a bailar .. sabes de que hablo? ese que te hace mejor persona .. y que al día por mas que este feo, le encontrás una hermosa cualidad para ser tu mejor día...la copa de vino cómplice, el huequito perfecto en la cama.. la pelea mas ridícula..bueno .... sabes, quizás me cueste definir creatividad...
- lo se, es tan difícil saber el significado justo de la palabra... en un mundo lleno de interpretaciones... pero tu definición de amor, tiene algo de creatividad..
- entonces, todo lo que uno ama puede llegar a tener algo de creatividad?
- no todo...pero puedo decirte esto; hoy hay luna llena y se comenta que hay paro astral, invitame una copa de ese vino tinto tan cómplice tuyo. Busquemos los miles de huequitos que hay dentro de esa cama gigante como el mar, yo te invito ese helado de extremo equilibrio, que lo hace perfecto, de tan solo pensarlo. Tengamos la pelea mas ridícula, echemos raíces en el universo .. y aprovechemos del mejor día de nuestras vidas.Seamos Creativos.. 


...Estemos.



por Carolina Ar


sábado, 31 de enero de 2015

diálogo de paradas en madrugadas.




En una parada de colectivo. Una madrugada cualquiera. Un adulto que se niega a crecer, espera a que llegue finalmente un colectivo que se niega a adelantarse al tiempo. Un tipo entrado en edad y una chica también esperan. Los 3 distanciados. Comparten solo el sentimiento de querer llegar a sus casas. Tienen motivos diferentes para estar a las casi 5 de la mañana en esa esquina de Nuñez, pero nadie pregunta, nadie habla. Escuchan la música de sus celulares o de los pájaros. ¿Qué importa? No hace frio ni calor. Y de repente un muchacho se acerca a su presa, al rubiecito de ojos claros y camisa.

El texto es real y fidedigno.

X: hey flaco… cómo estás? Tenes una moneda para convidar?  
Y: hey, si, banca (mientras con una mano sostenía un celular y con la otra hurgaba bolsillos, sacando el único billete que tenía que era de 50 y guardándolo)
X: mira…
Y: acá tenes ( peso 75 a la mano del solicitante)
X: no me jodas…
Y: me pediste una moneda, te estoy dando 3.
X: (mirando el celular) Amigo… dame 5 pesos
Y: no tengo 5 pesos, tengo 50 y no te voy a tirar 50 pesos de onda loco, vos sabes que no.
X: me das una pitada?
Y: si, toma (y le da el medio cigarrillo que estaba fumando)
X: (lo ve de mala manera, ve que hay un paquete en el bolsillo de la camisa)
Y: a ver flaco… queres una pitada un cigarrillo o uno entero? Me parece que no nos entendemos pero por una cuestión de lenguaje.
X: agghhh sabes… antes esto era más fácil. Yo venía con un fierro…
Y: a ver… sacalo…
X: y pim pum vos no la contabas. Pero con el tema de las cámaras…
Y: si… llego 1984 pero en el 2015…
X: vos la zafas así de arriba. Y yo me voy a dormir acá a un edificio a la puerta.
Y: no es mi culpa y lo siento, pero no te puedo salvar la vida. Yo. Al menos.
X: gil.

Y se va, caminando. Se acercan al pibe de camisa los otros. ¿estás bien? Que nada hicieron mientras miraban. Llega el colectivo.

Subo al colectivo. A la Lucila… y pienso (o piensa el de camisa): las cámaras… los pórticos… 1984 llegó. 



martes, 29 de octubre de 2013

Dialogo viejito, como los de antes (para algún que otro nostálgico)



X: hola
Y: hola
X: por qué me mirás tan fijo?
Y: yo? Vos me estás viendo fijo … y me asusta.
X: me estás jodiendo? Vos me estás mirando que da miedo…
Y: hasta que no me veas más así no te veo!
X: igual yo! ………… Ya no te veo, vos me ves?
Y: creo que tampoco….
X: cómo creo?
Y: Y si… si no me ves, no se puede corroborar, o?
X: Aí te caché! Me estabas viendo!
Y: Mentiroso! Vos me estabas viendo a mí! Hasta recién no te veía!
X: …. Me estás tomando para la chacota… igual… todo bien. La verdad que con el frio que hace….
Y: si.. es medio una boludez discutir por verse o no verse, no?
X: no me había fijado… pero tenemos la misma bufanda.
Y: si…será porque… tenemos buen gusto?
X: jajajaj, probablemente. Che… hace mucho frío de ese lado del espejo?
Y: menos que ahí afuera seguro…
X: me voy a prender la estufa.
Y: buenísimo! Me reflejas un fuego?



sábado, 1 de junio de 2013

un muchacho.





Cuando el muchacho abrió la puerta y entró en el bar supe que algo iba a pasar. No sé si fue por su ropa, el frío que entró con él o su silencio. Se sentó en la barra y con una seña me pidió una cerveza. La gente lo miraba. Él ni se inmutó. Parecía perdido en algún pensamiento pesado. Después de la primera, pidió y tomó la segunda. Recién en ese momento, sin mirarme y con voz rasposa y sufrida, me preguntó donde había un lugar para pasar la noche. Yo que soy un tipo de pocas palabras con los extraños, le señalé hacia afuera, enfrente, cruzando la plaza, el hotel blanco con el cartel despintado “Albergue del Sur”. Me agradeció con un gesto leve, dejo muchos billetes de poco valor sobre la barra, dio un sorbo duro al vaso y se fue. Recuerdo que todos estaban pendientes de sus pasos, pero él solo miraba hacia el adelante. Al salir, la nieve comió su silueta y todos volvieron a sus asuntos. Ocurrió hace menos de un mes.

Al día siguiente el pueblo despertó con un sol amarillo y gritos de niños. Los hijos de Oscar, que estaban yendo al colegio, se cruzaron en la plaza con un cuerpo tirado y olvidado. El más chico lloraba y pedía por su mamá. El otro lo tocaba con un palo para ver si se movía. Yo veía la escena desde la ventana de mi cuarto, que está sobre el bar. Me vestí ya que nadie se acercaba y los chicos parecían necesitar ayuda. Pero lentamente comenzó a acercarse la gente y preferí quedarme en mi lugar y ver todo desde ahí. Cuando dieron vuelta el cuerpo para ver quién era, resultó ser el muchacho del día anterior. Tenía la cara blanca, probablemente por el violento frío de la noche anterior. Me acuerdo de las muecas horrorizadas. El asco en algunas miradas. Todos abrieron paso cuando apareció la farmacéutica. Con los pelos desordenados y la bata hindú parecía más una shaman que una comerciante de medicamentos. Ella tomo la posta de la situación con una autoridad auto impuesta. Separó a los curiosos del cuerpo y los mandó a sus casas. Se quedó hablando un rato con la madre de los chicos, que acababa de llegar. Cuando el intendente y el comisario aparecieron en la plaza, el lugar ya estaba desierto. Por la tarde noche prendí los faroles y el fuego de la cocina. También puse leña en la estufa central. Limpié las copas y los vasos sucios del día anterior. Nadie abría la puerta. Nadie se acercaba al bar. Eso era raro, ya que era viernes y en el pueblo no hay mucho para hacer en invierno mas que emborracharse y contar las mismas historias de siempre, junto al fuego.

A las 12 entró Oscar. Me pidió un whiskey. En su cara había culpa. Esperé a que no aguantase más y me contase qué estaba pasando. Los borrachos son así: no toleran guardarse la verdad. Me confesó, susurrando, que la farmacéutica había declarado el estado de sitio por epidemia. Que el muchacho que había muerto tenía una especie de rabia sumamente contagiosa y que todo el que se había acercado al cuerpo peligraba de estar infectado. Nadie había salido esa tarde de su casa, salvo a la farmacia a comprar los costosos medicamentos. También me contó que mi bar estaba en cuarentena y que todos los clientes que habían confesado haber cenado la noche anterior en él, necesitarían tratamiento especial y aislamiento. Le pregunté si el muchacho había pasado por su hotel. Me dijo que no. Al otro día desperté más tarde que de costumbre. Me asomé por la ventana. El cuerpo seguía tirado en el centro de la plaza. Nadie caminaba por las calles. Había, eso sí, una fila formada en la entrada de la farmacia. Entre los clientes se mantenía una distancia absurda. Los más chicos usaban barbijos improvisados con telas de alguna remera vieja. Me causaba gracia en ese momento la actitud de mis vecinos. Era evidente (al menos, para mí) que aquel extraño no cargaba con enfermedad alguna. Solo arrastraba un pasado, algunas penas y una que otra deuda, como cualquiera de nosotros. Pero parecía un tipo sano, sin dudas. Vi desde arriba como el intendente y el comisario se acercaban a mi bar y ponían la cinta de clausura. Ni siquiera se detuvieron a verme o a saludar. Cumplieron con su deber y cruzaron la plaza hasta la farmacia. No hicieron la fila, entraron directo. Así pasaron días.

Recuerdo cuando vi caer al primero. Desde la ventana pude observar detenidamente como un joven se desplomaba en la plaza, a metros del cuerpo ya putrefacto del muchacho. No gritó, no se quejó, solo murió mirando hacia abajo. Si hubiésemos tenido un cura en el pueblo, me imagino que en aquel momento hubiese gritado a viva voz que era obra del diablo. Por suerte no había nadie que se dedicase a los dioses.
Después de aquel joven le siguieron una pareja de viejitos. Traté de tranquilizarme racionalizando. Las edades eran excusa suficiente, no así, la simultaneidad. También cayeron en la plaza.
Después de 3 semanas ya no había filas en la farmacia. A veces, uno o dos entraban y se iban al rato con desesperanza en los ojos. Era simple: ya nadie tenía plata para pagar los medicamentos así que se resignaban y se dedicaban a morir lentamente. Esperando que el día del juicio final fuese, al menos, pronto. La gente se había acostumbrado a esquivar los cadáveres cuando cruzaban la plaza.
Yo me sentía bien. Tenía mis provisiones. Solo me dedicaba a ver por la ventana quien caía en la plaza. Hasta anotaba: jueves 15, 13 horas: murió Alfonso, simplemente cayó de frente. Viernes 16, 18 horas: Murió María, la maestra. Los únicos días que le escapaba al morbo eran los domingos, que me parecían muy deprimentes para andar haciendo esas cosas.


Finalmente todos los habitantes del pueblo murieron (según mis cálculos). Todos de la misma razón: ninguna. Todos en el mismo lugar: la plaza. Algunos cuerpos ya estaban en una descomposición avanzada y el olor en el aire era agrio. Hasta el intendente y el comisario fueron juntos a morir a la plaza. Y entonces salió la farmacéutica de su local junto a un joven. Bordeó la plaza hasta la entrada del bar y esperó que su acompañante rociase con varios bidones de nafta los cuerpos. Tiro también unas cajas que parecían tener remedios dentro. Luego tiro un zippo encendido y se formó la hoguera más grande que haya visto en mi vida. Lastima que era de día, de noche hubiese sido mas impactante. Rompió la cinta de clausura y entró. Yo baje corriendo y me puse detrás de la barra, actuando como si nada pasase. Se sentó en el taburete frente mío. El joven se quedó en una mesa cerca de la puerta. “Una cerveza”, me dijo. Mientras tomaba me miraba. De repente sonrió. “Este pueblo estaba condenado desde hace mucho antes”. No sabía que decirle. Todas las preguntas que había ido formulando ese tiempo se habían evaporado junto a las vidas. “Mira, yo me voy de acá. Ya no queda nada y tengo plata para fundar un pueblito”. “¿Quién es él?”, le pregunté finalmente. Nunca había visto a ese chico. “Es mi ayudante, el hijo de mi proveedor de remedios. Bueno, ahora si me voy. Chau.”. Se paró, dejo un fajo de plata sobre la barra (aunque el dinero ya no tenía sentido) y se fue. El joven la siguió como una sombra y los dos desaparecieron en la nieve que acababa de comenzar a caer.